domingo, 23 de enero de 2011

Testimonio escrito (I) - Rosa de Montevideo (Uruguay)

¡Hoy es un gran día! Desde Uruguay nos llega el primer testimonio escrito para Tu Vida Va a Mejorar. Lo manda la gata Rosa, y nos explica cómo las verdaderas familias son las que se quieren y aceptan como son, y no las que se silencian unos a otros y usan el amor como herramienta de opresión. ¿A que ser'ia maravilloso que todas las madres fueran como Rosa?

Gata Confesora


Hace aproximadamente tres años que nuestro hijo (tenía entonce 19 años) nos dijo, a mi primero y luego a su papá, que era gay. No fue fácil y el impacto fue fuerte, pero afortunadamente el amor pudo más. Solamente lo abracé y conteniendo el llanto le expresé todo mi apoyo. Tuvimos un diálogo corto pero rico. Pasaron los días y en mi cabeza seguía resonando aquel "Mamá soy gay". Los papeles se invirtieron, la angustia y la culpabilidad me ganaron y mi hijo pasó a ser mi contención. Vinieron las preguntas... el porqué, el como, el cuando te diste cuenta y cómo yo, su madre, no me había percatado...etc, etc. Todas mis preguntas e inquietudes fueron respondidas por él, una a una con gran paciencia. El poder hablar con él me daba mucha tranquilidad pero no calmaba mi culpabilidad a pesar de que me repetía una y otra vez que nosotros, sus padres, no éramos responsables de su condición sexual. Y aún quedaba hablar con mi esposo... pero le pedí a mi hijo que no lo hiciera hasta que yo no me sintiera lo suficientemente fuerte.
Pasaron los días y decidí que lo mejor y lo mas sano era informarme sobre qué era la homosexualidad, sus causas, su proceso, etc etc. En realidad tenía claro que nunca me había ocupado del tema y que si bien no sentía rechazo hacia los homosexuales, tampoco había indagado en el asunto. Todos hablamos acerca de la homosexualidad y los homosexuales y muchas veces con gran liviandad emitimos juicios duros y apresurados. Así vinieron los días de consulta a psicólogo, psiquiatra, sexólogo y por supuesto que también cayó en la redada "internet" (leí, leí, leí, leí, me puse en contacto por escrito con grupos de padres con hijos gays, etc, etc). Lentamente mi mente y mi corazón se fueron aclarando y así llegó el momento de hablar con su papá. Mi esposo lloraba amargamente...pero que alivio cuando le escuché decir: "Es mi hijo, es excelente hijo, buena persona, buen estudiante y lo quiero porque es mi hijo".
Con el tiempo conocimos a su pareja, su primera pareja. Estoy escribiendo esto y me sonrío. Por aquellos días para mi todo era asombro. Que creemos nosotros, los heterosexuales, que son una pareja de gays? Por lo visto en mi cabeza existía la idea de que eran bien diferentes a los heterosexuales. Nada mas alejado de la realidad. Día a día pude ir comprobando que eran una pareja, realmente una pareja y que los unía el afecto, el respeto, los gustos comunes, etc, etc....igual que a los heterosexuales. Vaya descubrimiento, pero para mi lo fue.

Afortunadamente los momentos mas difíciles ya pasaron. Siempre tuve claro que no quería perderme el disfrutar del crecimiento personal de mi hijo ni de su compañía y en esa dirección traté de llevar adelante mis palabras y mis acciones. Somos padres y como tales, opino, debemos comportarnos. Es nuestro deber hacer el esfuerzo por comprender y guiar a nuestros hijos aunque esa actitud nos implique revisar o rectificar nuestro pensamiento. También es nuestro deber respetarlos y hacer que ellos nos respeten, pero para ello creo que es necesario permitirles ser ello mismos y no pretender que sean una extensión de nuestros sueños o una reivindicación de nuestras frustraciones. Por eso me atrevo a sugerirles a aquellos padres que atraviesan una situación semejante a la que nos tocó atravesar a nosotros, que no pierdan a sus hijos, nada hay mas importante que ellos. Que no se pierdan el verlos felices. Que valoren el coraje que tienen al querer vivir de acuerdo a lo que son, homosexuales, y también el coraje y la confianza que tienen en nosotros, sus padres, al contarnos su situación.

Y a los jóvenes homosexuales, que no desistan de vivir de acuerdo a su condición. Creo que el límite de lo que es bueno o malo, de lo que es moral o inmoral está, justamente, en vivir una vida digna y en no causar daño a otros seres humanos. Buscar ayuda siempre que sea necesario, reconocer que todos los seres humanos en cualquier momento de nuestras vidas necesitamos de un apoyo porque no siempre podemos solos. Sincerarse con alguien de su confianza, padres, amigos, profesionales, etc. libera. Y tener paciencia mucha paciencia en caso de que decidan contárselo a sus padres, porque como en mi caso, los papeles se pueden invertir. También es bueno para este caso aconsejarle a sus padres que se informen y recomendarles lecturas o páginas de internet que sean serias y confiables.

Con el deseo de que ninguno baje los brazos porque tu vida va a mejorar,

Rosa
Uruguay, Montevideo





Miauuuu.:no dejes de mandarnos tus testimonios escritos a gataconfesora.tuvidavaamejorar@gmail.com o bien a tuvidavaamejorar@yahoo.es

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